Para la luchadora cojedeña y licenciada de la Universidad Deportiva del Sur de San Carlos, Betzabeth Arguello, no existe meta que no pueda alcanzar, por lo que en los Juegos Olímpico de Río aspira continuar ascendiendo a nivel internacional.
 
 
 
“Ya luché para conseguir el título universitario, ahora creo que es el momento del olímpico”, afirmó la de 25 años de edad y competidora de la división 53 kilogramos.
 
 
 
La atleta clasificó a sus primeros Juegos Olímpicos después de pasearse con balance de tres victorias ante la peruana Jenny Mallqui, la cubana Lianna Montero y la colombiana Leidy Cifuentes y una única derrota en el preolímpico de marzo pasado en Texas, Estados Unidos.
 
 
 
Junto a sus compañeras de delegación Jaramit Weffer y María Acosta, Argüello es una de las siete luchadoras criollas que han ganado medalla en Juegos Panamericanos (bronce en Toronto 2015), si se aparta la modalidad sambo que solamente se disputó en Caracas 1983.
 
 
 
“Trabajar por la medalla olímpica”
 
 
 
La lucha libre femenina es la modalidad que ha dado más campeonas mundiales a Venezuela (Olga Lugo en 1991, Wendy Izaguirre y Xiomara Guevara en 1992), y con la joven cumanesa María Acosta, se amplían las posibilidades de la primera medalla para el deporte de las trusas, que a Rio 2016 acudirá con la expedición nacional más nutrida de todos los tiempos.
 
 
 
“Ahora a seguir trabajando para obtener una medalla en los Juegos Olímpicos. Este triunfo se lo dedico a mi familia, a todas las personas que me han apoyado y han creído en mí”, expresó la atleta de 25 años oriunda de Cumaná, estado Sucre.
 
 
 
Luego de erigirse en Toronto 2015 como una de apenas dos venezolanas que se ha colgado una presea plateada en Juegos Panamericanos (si se excluyen los títulos del descontinuado estilo sambo en Caracas 1983), María José Acosta floreció como subcampeona en el penúltimo clasificatorio preolímpico mundial de abril pasado en Ulan Bator, Mongolia.
 
 
 
En dicho evento sumó tres triunfos en fila ante la ucraniana Alla Belinska (6-2), la surcoreana Park Chae-Rin (6-0) y la bulgara Yauheniya Andreichykava (6-2) y tuvo un único revés en la final ante la israelí y triple vicemonarca europea Ilana Kratysh.